viernes, 3 de septiembre de 2021

El placer de jugar

(ALGUNOS DESVARÍOS SOBRE EL JUEGO, LA CULTURA Y LA LIBERTAD Y POR QUÉ LA BIBLIOTECA DE UN INSTITUTO ES UN LUGAR IDÓNEO PARA JUGAR AL AJEDREZ)

El juego se interpreta habitualmente como un pasatiempo al que no debe concederse demasiado espacio en nuestras ajetreadas vidas. Sin embargo, nada más lejos de lo que los expertos advierten: el juego es una necesidad real de los seres humanos… y no sólo nuestra.

Johan Huizinga en su libro “Homo Ludens”, opina que el juego es una función humana tan relevante como la reflexión (Homo Sapiens) y el trabajo (Homo Faber) y que el origen de la cultura tiene un marcado componente lúdico.

Gustav Bally en una joyita titulada “El juego como expresión de libertad” (que aprovechamos para recomendar), señala que aquellos animales que incluyen el juego en su juventud afrontan mejor los problemas que encontrarán como adultos. No es una idea nueva, ya desde la Antigua Grecia se conocen las bondades del juego en la juventud y también en la etapa de adulto. Sostiene que el juego, que es una conducta instintiva, se desarrolla en toda su amplitud cuando se es libre para elegir y estamos alejados de coacciones.

El ajedrez se planteó este curso como contenido curricular para la asignatura de Educación Física, a propuesta de un alumno, atrevido al dar su opinión, comprometido con su propuesta y eminentemente emprendedor, que pronto vio que el año de los protocolos COVID podía ser también el año de las oportunidades para experiencias menos habituales en las aulas. Poco a poco, el ajedrez fue mostrándonos su verdadero carácter, y alumnado y profesorado comenzaron a animar la posibilidad de ampliar su espacio y su tiempo fuera de la asignatura, algo que respaldó un elevado porcentaje de la comunidad educativa del centro, aportando presencia, participación y colaboración.

Así fue como la personalidad arrolladora del ajedrez fue afrontando con responsabilidad y buen hacer el reto de respetar las necesarias medidas de higiene y ventilación asestando constantes jaques que mantuvieron a raya a la pandemia y mientras, fue escogiendo los mejores entornos del centro para desarrollarse. Así, tuvo oportunidad de conocer casi todos: aulas, gimnasio, usos múltiples, salón de actos, vestíbulo, sala de profesores, diversos puntos del patio y finalmente, encontró su mejor acomodo en nuestra biblioteca.

El juego contribuye a nuestro desarrollo y evolución. Pero no todos los juegos son iguales: los hay que hermanan, que unen, que permiten compartir, que, aunque parezcan individuales e individualistas, fomentan valores de convivencia y respeto… de ahí la importancia del ajedrez. Este curso tan complejo nos permitió celebrar el PLACER DE JUGAR, no las victorias particulares de cada cual. Buscamos juntos soluciones a los problemas planteados, ensayamos respuestas, analizamos estrategias, pusimos en común distintas aperturas, reanudamos partidas con gentileza, aceptamos las victorias con humildad y las derrotas con elegancia… el ajedrez se convirtió en el punto de encuentro de un numeroso grupo de personas que, LIBRES, escogieron jugar y siguieron jugando hasta el último día del curso.

Contrariamente a lo que se pueda pensar, la identidad de un centro educativo no es el edificio que lo envuelve, ni las palabras que adornan sus documentos institucionales, sino la comunidad que convive en él, que da calor a sus paredes y defiende con honestidad el sentido de esas palabras. Por ello este texto fue escrito una tarde de agosto pensando en una persona: Diego, artífice de la revolución ajedrecística, felizmente respaldado por Raúl, Gabriel, Matilla, Iván. Congelados en nuestra retina y arropados para siempre entre las señas de identidad del IES BERGIDUM FLAVIUM quedan algunos momentos protag onizados por ti compartiendo soluciones a problemas ajedrecísticos con docentes y compañeros (al igual que el entrañable magisterio de Hugo, a quien tuve de alumno en Bembibre, dejó hace años un caballo galopando entre las paredes del instituto).

Diego, Raúl, Gabriel, Matilla, Iván, alumnos y alumnas que habéis dedicado vuestro tiempo al juego sincero, solidario y libre, dejáis un bello obsequio al centro, un legado en forma de CLUB DE AJEDREZ al que deseamos un largo y feliz recorrido. Qué maravilla si, dentro de unos años, cuando volváis al IES BERGIDUM FLAVIUM de visita, os encontráis con un dinámico y actualizado club plagado de nuevos talentos con quienes quizá, compartir una penúltima partida… gracias por vuestra generosidad y entusiasmo y también a los de los docentes que acompañasteis la iniciativa: Xavi, Noelia (instructivo el vídeo que nos regala), Manuel, Sergio, Marcos, Ruth, Omar, Miguel, Fede y Óscar (magistral charla sobre la historia del ajedrez) .

                                                                                   Texto firmado por Elena de la Puente